Con la llegada del verano, la demanda de servicios de depilación -sean con cera fría o caliente- se disparan. Si ofreces este servicio en tu centro estético, seguro que sabes que los profesionales del sector se dividen en su opinión sobre qué tipo es el mejor.
Pero la realidad es que ambas son una buena opción. Cumplen el objetivo de eliminar el pelo de raíz, dan resultados duraderos y la relación calidad/precio es adecuada.
¿Y si, en lugar de elegir, cuentas con las dos opciones? Lo cierto es que cada una es más indicada para un tipo de vello. Nos explicamos en las siguientes líneas.
Para quiénes está indicada la depilación con cera caliente
Por lo general, la cera caliente es la mejor opción para aquellas personas que tienen un vello corporal muy fuerte, con raíz gruesa y difícil de eliminar.
Una de las razones principales es que el calor abre el poro de la piel, por lo que no es tan dolorosa la extracción de pelo.
Todo ello la hace la candidata predilecta para zonas como las ingles o las axilas, o el vello masculino genérico.
El público objetivo de la depilación con cera fría
A diferencia de la anterior, la depilación con cera fría no reutiliza nada del material. Es muy higiénica, cómoda y fácil de usar.
Está indicada para personas con piel sensible (las diferenciarás por los efectos visuales de problemas circulatorios, como varices, así como piel transparente en la que se observan a simple vista las venas).
En definitiva, cada cliente es diferente y ofrecer depilación con cera fría y depilación con cera caliente es un servicio adicional que asegurará los mejores resultados en tu trabajo.
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