La depilación ha sido una práctica habitual en diversas culturas a lo largo de la historia. Estamos seguros que no te sorprenderá saber que en el antiguo Egipto o en Roma, por ejemplo, tanto hombres como mujeres incluyeron la depilación en sus rituales de belleza, porque todos estamos familiarizados con sus ilustraciones donde destacan los rostros limpios de bello.
Aunque hubo una época donde la depilación dejó de ser algo común, esta práctica resurgió a lo largo del siglo XX, gracias en parte a la revolución de la moda de baño. Y hoy sigue siendo un cuidado personal que forma parte de la vida de millones de personas cada semana.
Lógicamente, cuando un hábito tiene detrás una historia de miles de años, las formas de hacerlo han ido variando a lo largo del tiempo. Particularmente en las últimas décadas, los métodos de depilación han evolucionado bastante. Pero la depilación con cera fría o caliente sigue siendo la opción más popular y efectiva.
Muchas personas por elección. Porque les agrada la piel pulida y libre de pelo durante semanas que solo la cera consigue, gracias a arrancar el cabello desde la raíz.
En otros casos por necesidad. Algunas personas con piel sensible o alergias, las mujeres embarazadas, los clientes con historial de queloides o cicatrización excesiva, personas con problemas salud o que están tomando algunos medicamentos, personas con tatuajes en la zona o clientes con el vello muy fino, entre otras, no son buenas candidatas a los métodos de depilación médica, por lo que siguen utilizando la depilación con cera.
Sea como sea, la depilación tradicional es el tratamiento de preferencia para miles de personas cada día, por lo que es un tratamiento que permanece muy vigente en los centros de estética.
Como especialistas en suministros para centros de estética, en Ladycel ponemos a disposición de los clientes un surtido completo de productos para depilar en cabina. Desde fundidores de cera caliente hasta calentadores de cera fría. Desde cera de baja fusión en discos, hasta cartuchos de cera desechables y bandas. Y, por supuesto, la gama más amplia de rollos de papel camilla para proteger el equipamiento de la cabina.
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